Kruger Park: leones, elefantes y jirafas

Yo quería ir a África, yo quería ver animales, yo quería ser Indiana Jones. Dicho y hecho, cogí un vuelo rumbo a Sudáfrica para acabar en el Kruger Park.

Kruger Park: el parque

El Kruger Park es un parque de aproximadamente 60km de ancho y 300 de alto, si lo miramos en el mapa. Aquí viven todos los animales a lo salvaje, sin control alguno, tal cual los puso la madre naturaleza en la tierra. Y tú, pequeño humano, puedes visitar este grandioso parque dentro de tu coche con una prohibición extrema de bajarse del vehículo.

Es todo un manjar, una delicia para los amantes de los animales y de la fauna salvaje, en el cual se puede observar el mundo animal tal cual es (y así debería ser y no en un zoo).

¿Cómo llegué?

Yo volé hasta Johannesburgo, y alquilé un coche para hacer el recorrido de 400km (no sin antes perderme durante 2 horas y acabar dentro de una tormenta tropical) hasta Nelspruit, la ciudad más grande en los alrededores del Kruger Park, y que serviría como base para mí. Me alojé en un lodge, a 30km al norte, en una zona idílica rodeada por bosque y jungla exclusivamente, ni rastro de civilización, hasta las carreteras eran de tierra.

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Primeras impresiones

Afrontaba mi primer día con muchas ganas e ilusión, estaba expectante por entrar en el parque y ver todos los animales que pueda.

Cuando empecé a rodar mis primeros kilómetros dentro del parque, enseguida me di cuenta de la veracidad de lo que había leído: hay que tener paciencia, y mucha paciencia. Ver animales no es nada fácil! Ellos se esconden por supuesto, alejados de las carreteras, y uno tiene que conducir y conducir, mirar y mirar, para ver si se tiene la gran suerte de ver algo. Es muy fácil pasarse horas conduciendo sin ver a un solo animal…pero no hay que desanimarse!

El primer amíguete con el que me encontré fue a Dumbo: ahí estaba, a la derecha, grande gordo y gris, cogiendo comida de los árboles con su trompeta. Yo me acercaba sigilosamente y con cuidado para poder verlo bien y matarlo a fotografías, lo estaba tratando como si fuera último elefante del planeta(claro para mí lo era, siendo el primer animal que me encuentro), hasta cual mi sorpresa que unos cientos de metros más adelante, había toda una manada de elefantes, de todos los tamaños posibles, cruzando la carretera tranquilamente. Yo feliz como un niño, feliz y emocionado, mirando y haciendo todas las fotos que podía.

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Había leído que hay que tener mucho cuidado con los elefantes, que son animales muy violentos y agresivos. Así que me acerqué con cuidado, hasta que me di cuenta que uno de los grandotes se había volteado para mirarme fijamente. Después de unos segundos empezó a caminar hacia mi sin pensarlo y con total firmeza.

Yo le dí un pisotón al acelerador del coche que salí volando de ahí , mirando por el retrovisor como elefante se dedicó a ir por mí hasta que se dio cuenta que no me alcanzaba en velocidad.

Había aprendido mi primera lección jeje.

Los elefantes son animales de mucho cuidado, Disney nos engaño con el encanto de Dumbo. Si decidís viajar a algún parque natural donde están en libertad, tened mucho cuidado para que no acabéis en problemas con estos amigos de gran tonelaje.

Siguiendo mi paseito por el mundo animal me encontré con antílopes, ñus, cebras…todo lo que son objetos de caza de los depredadores.

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Estos animales más “singulares” son interesantes la primera vez que los ves, pero cuando ya has visto 200 de ellos te tienen harto jaja yo quería ver ya algo bueno de verdad!

El primer depredador

Y parece que me escucharon, porque siguiendo mi camino pude divisar a lo lejos una conglomeración de coches: aquí había algo gordo seguro. Acudí deprisa pero intentando guardar silencio y ahí la vi: una leona, paseando tranquilamente entre los coches, haciéndose notar ser la reina de la selva. Tuve la grandísima suerte que me pasó justo al lado del coche, y la pude apreciar a apenas unos centímetros de distancia. Lo primero que me impacto es lo grande que era! Sabemos que no son gatitos, pero cuando ves aquellas zarpas tan grandes, la mandíbula en la que caben dos puños dentro…dan realmente miedo! Pero es un animal precioso 🙂

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Diversidad de fauna

Una vez pasada la euforia de ver al depredador más grande de la sabana africana, continué mi viajecito y durante mis visitas al Kruger Park me encontré con muchos de los animales iconos de África: jirafas, hipopótamos, rinocerontes, monos babuinos, jabalíes africanos y hienas.

La verdad me encantaba esta aventura de poder meterme totalmente en el mundo salvaje del continente africano con todos sus peligros que conlleva y poder encontrarme con todo tipo de animales, observando su comportamiento. Tengo conocidos que han vuelto innumerables veces a este lugar, por algo será!

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Kruger park

Alojamiento dentro del parque

El Kruger Park tiene una serie de campamentos dentro del parque, en los cuales uno puede alojarse también. Son un poco más caros, pero al estar dentro del parque tienen la ventaja de que se pueden participar en excursiones guiadas (a pie) por dentro del parque en la madrugada, fuera del horario de apertura (9:00-18:00), con más posibilidades de ver animales!

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La mejor anécdota

Por último y para terminar, antes de despedirme, os voy a contar la anécdota más divertida que me ocurrió en este lugar.

Como os acabo de comentar, el parque tiene un horario de apertura, en el cual hay que ser responsable de salir antes de que cierren. Como es un parque de dimensiones gigantescas, según el lugar en el que estemos hay que pensar con bastante antelación en hacer el camino hacia alguna de las salidas que tiene.

Así lo hice yo, chico bueno, y empecé a rodar por una de las carreteras que llevaban hacia la salida, calculaba que necesitaría 45 min aprox.

Así iba yo tan tranquilo, hasta que al girar una curva me encuentro de repente delante mía un atasco de coches, todos avanzando lentamente. Y esta vez no era por haber un animal exótico, si no por un elefante que iba delante nuestra, caminando por la carretera tan tranquilamente, evitando que podamos continuar(eso sí, el tío iba por la izquierda, como si conociera las normas de circulación de Sudáfrica jaja).

Así estuvimos una hora…

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El elefante nos entorpeció muchos el camino para la salida, a ya no me iba a dar tiempo para salir. En un momento el elefante se para y desvía un poco para coger comida de los árboles, parecía que se acabó la espera que el elefante nos iba a permitir a continuar por fin, aunque era muy arriesgado para adelantar, había que esperar que se fuera por completo. Cuál fue nuestra sorpresa, que nuestro gran amigo volvió a la carretera y se dio la vuelta! Todos los coches que estábamos tuvimos que empezar a dar marcha atrás…

Así estuvimos un buen rato dando marcha atrás hasta que dimos la vuelta a los coches para circular hacia delante y no detrás.

(De mientras el parque ya había cerrado hace rato)

Y así continuamos, yo miraba el mapa para coger otro camino pero era imposible, la próxima salida más cercanía suponía recorrer 80km!

Sin otra opción, seguí avanzando lentamente, alejándome de la salida, hasta que por fin en un momento glorioso Dumbo se desvió y se metió en el bosque para perderlo de vista!

Como un rayo dí la vuelta al coche y aceleré a toda prisa para ir hacia la salida, observando el punto en el que desapareció el elefante, imaginándome que saldría de ahí hecho una furia con la intención de embestirme.

Llegué 2 horas tarde, de noche ya, a la salida que estaba cerrada por supuesto. Salió un guardia bastante enfadado pidiéndome explicaciones que porque seguía dentro del parque a estas horas.

Yo le explicaba lo que pasó con el elefante que no me dejaba pasar, intentando aguantar la risa porque la verdad parecía un cuento de circos lo que estaba contando yo. El guardia no me creía lo que yo contaba, me decía que era mentira y no me quería dejar salir. Aquí ya si que me dio la risa y no lo podía creer, no era posible que fuera el primer turista al que le pasaba esto jaja.

Yo pensaba que me multaría quizás, pero no me esperaba que se quedará ahí de pie enfadado sin querer abrirme la puerta. Al final el hombre cedió y me dejó salir, después de haberme cogido los datos personales y del coche, aunque nunca recibí nada de ellos.

15 min en coche me quedaba hasta mi hotel, circulando por las oscuras noches de la selva Sudafricana, recordando lo que me había pasado, pero contento por haber empezado a viajar un día y nunca haber parado.

Hasta pronto viajeros!

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