Viajar está de moda, y el sector financiero lo sabe. Y con el auge imparable de las nuevas tecnologías, ha salido una mezcla muy interesante para nosotros viajeros: las tarjetas bancarias creadas por las fintech.
Personalmente en casi todos mis viajes fuera de la zona euro siempre me he encontrado con el mismo problema: como consigo la moneda extranjera sin gastar un dineral en comisiones.
Si saco con la tarjeta de mi banco, siempre hay una comisión de mínimo 4% (y cuatro por ciento de 1000 euros, es mucho) y si cambio en las cajas de cambio o los bancos, pierdo porque hacen un cambio peor para mi.
El resultado, perder o perder, y lo tenía más que asimilado.